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El Museo del Comercio regalará a los visitantes que se acerquen hasta sus salas, desde el miércoles 22 de febrero, el dibujo recortable de una Cuaresmera, representación simbólica que se colgaba en los comercios y en los hogares para contabilizar el paso de las siete semanas del periodo cuaresmal.

El dibujo de este año se debe al artista mirobrigense Carlos García Medina, quien ha interpretado el personaje de forma popular, colocándole a la figura el traje típico de la comarca de El Rebollar.

La Cuaresmera se solía colgar en una ventana de la casa el Miércoles de Ceniza y cada domingo de Cuaresma se le arrancaba una pierna. El Domingo de Pascua de Resurrección se serraba o quemaba con la última pierna que le quedaba y se celebraba ese día de júbilo con una suculenta comida en la que, de nuevo, hacía su presencia la carne en forma de cordero, embutidos u hormazo.

La Cuaresmera se exhibía además en los escaparates de los comercios y ultramarinos para anunciar la venta de bacalao en salazón, protagonista en el tiempo de vigilia cuaresmal, por ser el único que llegaba a Castilla –conservado en salazón- y que mostraba gran variedad en su preparación.

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