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Queridas Autoridades.

 

Corporación municipal.

 

Premiados.

 

Representantes de la sociedad salmantina.

 

Queridas amigas y amigos,

 

Muchas gracias por su presencia en esta tarde tan especial en la que celebramos, a través de los premiados, los valores que nos unen y que caracterizan a Salamanca como una ciudad vital, inquieta, inconformista, solidaria y activa, que lleva siglos marcando el paso a la humanidad y reinventándose, sin perder nuestra esencia.

 

 

Salamanca es una ciudad universal, el espejo donde mirarse en multitud de ámbitos, desde el educativo, al sanitario, cultural, patrimonial o medioambiental. Y hoy, la Hermandad de Donantes de Sangre y el Casino de Salamanca son la cara visible de todos esos salmantinos que día a día demuestran la pasta de la que estamos hechos en esta tierra.

 

El servicio a los demás, el esfuerzo, la constancia, la iniciativa, la solidaridad, la colaboración y el amor a nuestra ciudad son valores que adornan a las instituciones premiadas, y reflejan muy bien el carácter de los salmantinos, siempre creativos y dispuestos a convertir las dificultades y los obstáculos en nuevas oportunidades.

 

Gracias al trabajo de todos, Salamanca es una ciudad cada día más próspera, una ciudad participativa que se construye desde el diálogo, y una ciudad fuerte que  no se rinde ante los reveses o los olvidos de otros.

 

 

El progreso de nuestra ciudad está en nuestras manos, y tenemos la voluntad y las capacidades necesarias para ser nosotros los que abramos caminos y marquemos el paso.

 

Las dos entidades premiadas se merecen el máximo respeto y consideración de los salmantinos.

 

Enhorabuena a los Donantes de Sangre. Llevan más de medio siglo donando vida.

 

La Hermandad de Salamanca es la primera que se constituyó en Castilla y León y la segunda de toda España, después de la de Zaragoza. Por pocos meses de diferencia no ganamos ¿verdad, querido Fernando, Presidente de la Hermandad? Hoy están acompañados de directivos y donantes de hermandades de esta Comunidad, a quienes damos la más calurosa bienvenida. Mil gracias a todos ustedes.

 

Fíjense: además del reto de echar a andar, lo hicieron como pioneros, con todo lo que eso significa.

 

Abrieron una senda basada en la generosidad y el altruismo y la extendieron sin detenerse. Empezaron siendo 300 espartanos y a día de hoy, más de 65.000 salmantinos han sido alguna vez donantes.

 

Las donaciones se multiplicaron: si consiguieron 405 donaciones el primer año, ahora superan las 13.000 anuales.

 

Estas cifras y este crecimiento exponencial expresan la capacidad de la Hermandad de Donantes de Sangre de Salamanca para concienciar a la sociedad de la necesidad de hacer donaciones, y para seguir sumando nuevos donantes, que desde su anonimato sostienen nuestro latido.

 

Nunca nos fallan. Se movilizan con rapidez, y atienden todos los llamamientos, sorteando cualquier dificultad: lo hicieron incluso cuando la pandemia lo complicaba todo.

 

Nos pidieron un espacio en la Casa de las Asociaciones y en el Ayuntamiento estuvimos encantados de facilitarles su generosa tarea en medio de unas circunstancias tan excepcionales.

 

Y lo consiguieron una vez más, demostrando que si hay algo que nos iguala a los seres humanos es la sangre. No importa la condición social, la raza, el sexo, la religión o las preferencias políticas. La sangre que corre por nuestras venas, que no se puede fabricar, nos recuerda que todos somos uno y que no hay nada más importante que la vida humana. 

 

Salamanca tiene un compromiso con la Hermandad. La apoyamos porque nos salvan, porque siempre dan y nunca piden, y si alguna vez lo hacen, es porque es imprescindible: su labor tiene un impacto determinante en el normal desarrollo de la actividad médica, que cada vez es más compleja y demanda más sangre.

 

 

 

Salamanca es una ciudad noble y caritativa, más de cincuenta asociaciones de salud están operando en nuestra ciudad, con todas ellas tiene convenio el Ayuntamiento, y son la mejor muestra de que la solidaridad corre a chorros por Salamanca.

 

La Hermandad de Donantes de Sangre representa fielmente esos valores que nos hacen más grandes: nos sentimos muy felices de otorgarles la Medalla de Oro de la Ciudad.

 

De valores ciudadanos sabe mucho el Casino de Salamanca, que en sus 164 años de trayectoria ha contribuido a difundirlos y potenciarlos, dando visibilidad a la grandeza de ser salmantinos.

 

Más de siglo y medio de andadura es algo de lo que pocos pueden presumir. El Casino nació para dar respuesta a una sociedad que buscaba reunirse, debatir, contrastar y confraternizar en un momento de cambio histórico.

 

Y desde entonces ha evolucionado parejo a una Salamanca siempre ávida de nuevas ideas y empeños, que vive y mama la cultura, que defiende los matices entre el blanco y el negro y que cree profundamente en el espíritu del diálogo.

 

Con su carácter cívico, plural y apartidista, es centro de tertulias, presentaciones de libros, conciertos, encuentros y debates de todo signo. El Casino de Salamanca es una red social en sí mismo.

 

Es un lugar en el que las entidades sociales y las empresas presentan sus proyectos y recaban apoyos, donde los salmantinos celebran sus momentos especiales, en el que la Salamanca taurina se encuentra y recuerda los mejores lances.

 

Los investigadores tienen en el Casino un espacio siempre abierto a la exposición de sus avances. Las artes, la literatura, la música y el cine encuentran un escenario privilegiado para su expresión y disfrute. Los socios, un lugar donde conversar y relajarse.

 

Y todos reconocemos en el Palacio de Figueroa un referente arquitectónico, que respira tradición y alma charra.

 

El intermedio que forzó la pandemia ya pasó, y hoy día el Casino ha recuperado su actividad frenética. Querido Pedro, Presidente, intenté recapitular agenda y contar todas las actividades en el Casino a las que he acudido como alcalde, pero son tantas que pronto desistí de la cuenta.

 

Ese esfuerzo es el que elogiamos y el que reconocemos hoy con la máxima distinción que otorga Salamanca.

 

Gracias a la Hermandad de Donantes de Sangre y al Casino de Salamanca por ser fuente de inspiración para esta ciudad y para los salmantinos. Enhorabuena de todo corazón.

 

Muchas gracias.

 

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