Los antiguos propietarios de la fábrica de velas Cacho donan la maquinaria al Museo del Comercio
La familia Cacho, a través de los hermanos Antolín y Ladislao Cacho, han donado parte de la maquinaria de su fábrica de velas al Museo del Comercio y la Industria de Salamanca. La maquinaria fabril ha sido musealizada para que los salmantinos puedan conocer el proceso de fabricación de velas y forma ya parte de la exposición permanente del museo.
El negocio surge a finales del siglo XIX en San Cristóbal de la Cuesta con el nombre de La Perla Armuñesa. Fundado por Ladislao Cacho, ha sido un negocio familiar regentado por tres generaciones de cereros, pasando a denominarse sucesivamente Hijos de Ladislao Cacho y Sucesor de Hijos de Ladislao Cacho. A mediados del siglo XX se trasladaron a la calle Pedro Mendoza, donde perduró la fábrica hasta su cierre definitivo.
La vela fue, durante muchos siglos, un producto imprescindible en la vida cotidiana, pues era uno de los instrumentos que propiciaban luz frente a la oscuridad. Además su uso estuvo, y está, vinculado a muchos ritos religiosos, lo que determinaba que existiera un capítulo de gastos en las cuentas de las iglesias y monasterios, dedicados a su compra.
El Museo del Comercio expone ahora los elementos fundamentales para la fabricación tradicional de velas. El proceso consistía en la inmersión de los pábilos en la cera líquida. La operación se repetía varias veces, incorporando así capas sucesivas hasta conseguir el grosor deseado de la vela.
El negocio surge a finales del siglo XIX en San Cristóbal de la Cuesta con el nombre de La Perla Armuñesa. Fundado por Ladislao Cacho, ha sido un negocio familiar regentado por tres generaciones de cereros, pasando a denominarse sucesivamente Hijos de Ladislao Cacho y Sucesor de Hijos de Ladislao Cacho. A mediados del siglo XX se trasladaron a la calle Pedro Mendoza, donde perduró la fábrica hasta su cierre definitivo.
La vela fue, durante muchos siglos, un producto imprescindible en la vida cotidiana, pues era uno de los instrumentos que propiciaban luz frente a la oscuridad. Además su uso estuvo, y está, vinculado a muchos ritos religiosos, lo que determinaba que existiera un capítulo de gastos en las cuentas de las iglesias y monasterios, dedicados a su compra.
El Museo del Comercio expone ahora los elementos fundamentales para la fabricación tradicional de velas. El proceso consistía en la inmersión de los pábilos en la cera líquida. La operación se repetía varias veces, incorporando así capas sucesivas hasta conseguir el grosor deseado de la vela.