Lolita Flores y Luis Mottola son los protagonistas de "Prefiero que seamos amigos", la comedia programada este sábado en el Teatro Liceo
El Teatro Liceo acogerá este sábado la comedia “Prefiero que seamos amigos”, una obra protagonizada por Lolita Flores y Luis Mottola. Será a las nueve de la noche y las entradas están agotadas, sólo quedan disponibles localidades de visibilidad reducida.
En esta entrañable comedia francesa vemos a dos amigos, tan cercanos y tan cómodos en la compañía del otro, que cuando uno de ellos quiere cambiar las reglas de la amistad, el otro está totalmente cegado y es incapaz de ver más allá. Aquí está servida la comedia.
La obra también plantea otro tema universal en el mundo femenino: el abrupto cambio de estatus cuando pasas de una cierta edad. La lucha interna de la mujer segura de sí misma, con toda una vida a sus espaldas, independiente y satisfecha consigo misma que se enfrenta a la terrible inseguridad de no volver a ser dichosa en el terreno del amor.
Esta comedia de aroma fresco y ágil nos lleva en un viaje divertido con giros inesperados, conversaciones salpicadas de ironía, frustraciones y deseo sexual no correspondido. Vemos a nuestros dos protagonistas bailar un tango pero ni con la misma canción ni con el mismo paso.
Las relaciones y la búsqueda del amor nunca son fáciles y aquí disfrutamos de la odisea que es para Claudia y Valentín aprender a quererse.
En esta entrañable comedia francesa vemos a dos amigos, tan cercanos y tan cómodos en la compañía del otro, que cuando uno de ellos quiere cambiar las reglas de la amistad, el otro está totalmente cegado y es incapaz de ver más allá. Aquí está servida la comedia.
La obra también plantea otro tema universal en el mundo femenino: el abrupto cambio de estatus cuando pasas de una cierta edad. La lucha interna de la mujer segura de sí misma, con toda una vida a sus espaldas, independiente y satisfecha consigo misma que se enfrenta a la terrible inseguridad de no volver a ser dichosa en el terreno del amor.
Esta comedia de aroma fresco y ágil nos lleva en un viaje divertido con giros inesperados, conversaciones salpicadas de ironía, frustraciones y deseo sexual no correspondido. Vemos a nuestros dos protagonistas bailar un tango pero ni con la misma canción ni con el mismo paso.
Las relaciones y la búsqueda del amor nunca son fáciles y aquí disfrutamos de la odisea que es para Claudia y Valentín aprender a quererse.