La concejala de Familia se reúne con la presidenta de Cáritas Diocesana de Salamanca y visitan el Espacio Abierto interesándose por la situación de las personas que acceden a este servicio
La concejala de Familia e Igualdad de Oportunidades, Ana Suárez, y la presidenta de Cáritas Diocesana de Salamanca, Carmen Calzada, han mantenido una reunión en el Espacio Abierto (situado en el edificio anexo a la Iglesia Nueva del Arrabal) y a continuación han girado una visita por las instalaciones para valorar la situación de las personas que acceden a él, tanto en su desarrollo personal como la readaptación social, dentro de un encuentro que forma parte de la ronda de contactos que mantiene con las entidades del tercer sector. El Espacio Abierto es un recurso que Cáritas Diocesana destina a la atención de las personas más vulnerables de nuestra ciudad.
Durante el recorrido por las dependencias, Ana Suárez ha destacado, “desde el Ayuntamiento seguiremos ocupándonos de las situaciones de extrema necesidad de las personas que acuden a estos recursos. También se busca que en estos centros, las personas que están en la calle, encuentren el apoyo emocional que han perdido y tengan la oportunidad para volver a tener una vida normalizada”.
La concejala de Familia e Igualdad de Oportunidades también quiso destacar el siguiente punto, “la sociedad debe ser consciente que cualquier persona puede acabar en este grupo de vulnerabilidad”.
Durante la pasada legislatura, el Ayuntamiento ha aportado un total de 1.852.516 euros a Cáritas, un 81% más que el anterior. El convenio entre ambas partes se firmó en 2016, con una aportación anual de 150.000 euros, incrementado el año pasado hasta los 175.000. Con este dinero se sufragan costes salariales del personal, mantenimiento y actividades del Centro de Acogida ‘Padre Damián’, del Centro de Acogida de Enfermos de Sida, Espacio Abierto y del Centro Ranquines. A esta cantidad se suman 18.480 euros para el programa de educación de calle en el barrio Zurguén.
La aportación del Ayuntamiento de Salamanca contribuyó a que Cáritas atendiese el pasado año a 900 personas. En el Centro de Acogida ‘Padre Damián’ fueron 390, la mayoría nuevos usuarios; en el Centro de Acogida de Enfermos de Sida se ayudó a 51 personas entre el servicio de acogida, información y acompañamiento hospitalario, intervención comunitaria y actividades lúdicas y de tiempo libre. 22 personas estuvieron residiendo en la Casa Samuel, creada en 1994 para proporcionar una intervención global a las personas infectadas por el virus del VIH y sus familias.
Por su parte, en el Espacio Abierto se acogió a 392 personas, la mayoría nuevos usuarios. Es un centro que abre todos los días del año, con servicio de duchas y comida, talleres y actividades lúdicas. Finalmente, en el Ranquines, un centro de día para personas con problemas de salud mental, solicitaron atención 67 personas, llevándose a cabo una treintena de talleres ocupacionales y terapéuticos.
Protocolo pionero en Castilla y León
Por otro lado, el Ayuntamiento de Salamanca rubricó en 2013 un protocolo pionero en Castilla y León con las entidades de economía social de la ciudad para mantener cerca de un centenar de puestos de trabajo para la prestación de servicios municipales. Entre ellas se encuentra la empresa de inserción 'La Encina', impulsada por Cáritas, para conservar y mantener la jardinería de casi 450.000 metros cuadrados, entre espacios verdes y otras zonas de vegetación. El primer contrato se firmó en 2013 por importe de 219.738 euros anuales, una cantidad ampliada sucesivamente hasta los 355.045 euros actuales.
Además, ambas entidades han firmado un convenio de colaboración para reforzar su apoyo a las personas en dificultad, con una aportación total de 90.000 euros. La cuantía se destina a promover la autonomía y el bienestar de las personas más desfavorecidas y empadronadas en el municipio de Salamanca, evitando situaciones de vulnerabilidad.
Las representantes de ambas entidades realizaron el seguimiento del citado convenio municipal que contribuye a afrontar la cobertura de los gastos de alimentación, cuidados personales esenciales (vestido, higiene, tratamientos médicos, buco-dentales y farmacológicos, entre otros), alquiler, pagos puntuales de comedores escolares, material escolar y libros de texto o recibos de gas, luz o agua.
Al amparo del mismo se proporciona una cobertura rápida a las necesidades personales básicas y sociales de las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad, priorizando las situaciones de desamparo personal y de necesidad social extrema que requieran una intervención urgente.