El Centro Municipal Integrado Julián Sánchez ‘El Charro’ acoge desde esta semana la exposición fotográfica ‘La voz de las manos blancas’, una muestra en la que se relata a través de imágenes comentadas la historia del movimiento cívico contra el terrorismo en España. A través de 22 paneles fotográficos, la exposición recoge la reacción ciudadana frente a los diferentes atentados y amenazas de la banda terrorista ETA.

Coincidiendo con el vigésimo segundo aniversario del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, llega a Salamanca esta presentación que ha sido inaugurada hoy por el alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo, la directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco, Cristina Cuesta, y el patrono de la Fundación Obra Social de Castilla y León, Ángel Lago. Al acto también han asistido Consuelo Blanco, viuda del comandante Aliste, y Victoria Azcue, Carmen Gómez Y Luis Heredero, víctimas del terrorismo.

García Carbayo ha puesto de manifiesto durante su intervención que Salamanca ha sido y será siempre defensora de las víctimas del terrorismo. En este contexto, el regidor municipal ha destacado que “en esta ciudad las víctimas siempre van a tener voz y siempre van a tener el apoyo que merecen”. “Seremos un muro de contención ante cualquier intento de pervertir la realidad y siempre seremos garantes del recuerdo a las víctimas. Aquí no va a haber blanqueo de terroristas ni la memoria se va a ver emborronada por las facturas políticas que algunos quieran pagar”, ha señalado.

El alcalde, que ha agradecido a la Fundación Miguel Ángel Blanco que hayan pensado en Salamanca para albergar esta exposición itinerante, ha puesto el acento en que ‘La voz de las manos blancas’ es mucho más que una muestra. En este sentido, ha definido esta iniciativa como “un altavoz que da testimonio sobre la valentía de la sociedad y de la profesionalidad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado” ante el terror.

Invitando a todos los salmantinos a visitarla, el primer edil ha señalado que “la verdad es la mejor garantía de que nuestra democracia no vuelva a verse amenazada ni por la sangre ni por la crueldad”. Por tanto, -ha añadido-, “esta es la senda para lograr la plena libertad y conocer esta historia, una obligación moral y una deuda que tenemos con las víctimas y con su memoria”. “Debemos mucho a las víctimas y nuestra obligación es seguir trabajando para que nuestro país sea un gran país en el que imperen la libertad, la justicia y la democracia y donde se rechace tajantemente cualquier forma de totalitarismo y de violencia”, ha concluido.