El Museo de Historia de la Automoción rinde un homenaje al sector agrario y automovilístico de Castilla y León a través de su pieza del mes
El Museo de Historia de la Automoción de Salamanca (MHAS), de la Fundación Gómez Planche, continúa ofreciendo una pequeña ventana a la historia automovilística de la región de Castilla y León. En esta ocasión, muestra un tractor Sava-Nuffield 10/60 standard del año 1967, uno de los modelos que salió de la fábrica vallisoletana, como muestra de la alianza entre la marca española SAVA y dos de los constructores de vehículos industriales pesados más importantes a nivel mundial en aquella época: Nuffield -perteneciente al grupo British Motor Corporation (BMC)- y la marca francesa Berliet.
Esta elección de la pieza del mes representa un homenaje a aquellos hombres y mujeres del campo castellano y leonés, que con sus austeros vehículos transformaron la agricultura y la industria automovilística de la región, poniendo las bases de la próspera economía agro-ganadera de la que hoy disfrutamos.
El tractor que hoy presenta el MHAS es un ejemplo de la robustez y eficacia de la técnica de los productos españoles y castellano y leoneses, que se exportaban mayoritariamente a Iberoamérica y resultado del desarrollo creciente de la industria agrícola de España. Su motor BMC, modelo 3.8 OEE, con 4 cilindros en línea, 1.825 r.p.m. y refrigerado por agua, le confiere una potencia de 45 KW, capaz de realizar cualquier tarea agrícola, mediante el uso de diferentes aperos, y pudiéndose comparar con cualquier otro tractor del mercado de aquellos años.
SAVA fue una empresa pionera en el transporte ligero en la España de posguerra. Su historia es la del emprendedor italiano Francesco Scrimieri y su relación con Valladolid, donde llegó con 24 años, procedente de FIAT. Tras finalizar la guerra, este joven técnico civil crearía en esta ciudad, la empresa FADA (Fábrica de Artículos de Aluminio), dedicada, desde 1940, a la producción de menaje de cocina.
Fue entre 1952 y 1956 cuando comenzó la fabricación de los primeros motocarros, en una época de posguerra y donde la industria nacional era escasa. Muchos fueron los ingenieros españoles e italianos de la empresa vallisoletana que trabajaron con el fin de lanzar un producto competitivo y que facilitará el trabajo diario de las pequeñas empresas del país. Durante 4 años de arduo trabajo, perfeccionando un producto, en 1956 fue presentada la camioneta FADA P-54; un vehículo con un chasis tubular capaz de cargar 1.500 kilogramos, con tan solo un motor monocilíndrico refrigerado por aire, similar al utilizado en las motocicletas de la época.
A finales de 1965 constaban inscritos en el Registro Oficial de Maquinaria Agrícola española más de 147.000 tractores, siendo vendidas unas 20.000 unidades cada año, el 80% nacionales. ENASA se convirtió en 1966 en accionista mayoritario de SAVA, dedicándola a camiones ligeros y furgones. Los tractores no le interesaban a ENASA, pero sí a Scrimieri, fundador de SAVA, quien creó en 1968 la empresa MOTRANSA (Modificaciones y Transformaciones, S.A.) con la intención de fabricar los Nuffield 10/60, con frenos de disco, caja de cambios de 10 velocidades y 2 hacia atrás, con motor BMC. Desde 1970 MOTRANSA fue ampliando su oferta con nuevos modelos Nuffield –como el 551 o el 751– y otros tractores, hasta 1977, año en el que FIAT adquirió las instalaciones para fabricar sus tractores agrícolas.
La historia del tractor en España es relativamente reciente, considerando la mecanización del campo peninsular como verdaderamente tardía con respecto a otros países. En 1932 se realizó el primer censo de maquinaria agrícola en España, donde solo constaban 4.084 tractores. En la posguerra surgieron los primeros intentos de fabricación nacional, con modelos como el ‘Centurión’ o los Babcock&Wilcock. En 1952 el Ministerio de Industria convocó un concurso para la fabricación de tractores. Así fueron llegando Lanz Ibérica –desde 1956–, Motor Ibérica –que lanzó desde 1957 los tractores Fordson con la marca Ebro– y Barreiros, en 1959, –con un modelo con licencia Hanomag–, quien lograría que el 50,4% de los tractores nuevos en España, en 1968, fuesen Barreiros. También existían otros fabricantes, como la sevillana SACA (licencia International Harvester) o SAMA Renault, radicada en Burgos a partir de 1967.
El Museo de Historia de la Automoción de Salamanca ofrece una nueva ocasión para mostrar en el propio museo una obra del arte de la mecanización española del campo, y continuar con el objetivo de promocionar y dar a conocer las joyas de la automoción que alberga el centro expositivo salmantino. El mes de abril también servirá de presentación de una serie de publicaciones, que protagonizarán sus redes sociales, en las que se mostrarán una serie de fotografías, tanto de su exterior como de sus detalles más llamativos, así como información de carácter anecdótico y curiosidades del propio tractor.