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El Museo de Historia de la Automoción de Salamanca, como viene siendo habitual en su programación museística para estas fiestas navideñas, ha organizado una nueva muestra retrospectiva dedicada a uno de los vehículos más prácticos y funcionales de la historia de la automoción, el todoterreno. Conocido popularmente como “4x4”, por ser esta una de sus principales características, protagoniza la nueva exposición invernal del Museo, que permanecerá abierta hasta el próximo 3 de marzo.

 “4x4: El inicio de la Fuerza” es una importante ventana a una de las etapas más prósperas de la industria automotriz española, que durante años extendió sus productos por todo el mundo, publicitando y dando a conocer la calidad de los productos españoles, como ha señalado el concejal de Cultura, Julio López Revuelta.

Un total de 13 piezas de la historia de la automoción ocupan la sala de exposiciones temporales del MHAS y otros espacios, donde se muestra a los visitantes una selección de uno de los hitos de la historia del automóvil, el todoterreno; un peculiar vehículo con tracción total a las cuatro ruedas, capaz de circular por terrenos de difícil orografía, en condiciones adversas y, a menudo, con pesadas cargas.

Se exhiben, así, marcas destacadas a nivel internacional como Land Rover y Jeep, base de los “4x4” pioneros en nuestro pasado reciente, pasando por las marcas más importantes de España: Land Rover Santana y Jeep Viasa (convertida después en Jeep Ebro y Jeep Avia), hasta llegar a los todoterreno que popularizaron su uso en nuestro país, con la incursión de nuevas marcas, como las japonesas, Nissan y Suzuki, o la soviética Lada.

También se muestran dos referencias a la marca Mercedes-Benz, origen de la historia de este tipo de vehículos y, por su puesto, del primer vehículo con un motor de combustión interna. En un lugar destacado se mostrará una pieza de la emblemática marca de nuestro país “Pegaso”, reconocida internacionalmente gracias a sus automóviles, camiones y autobuses de gran fiabilidad, concebidos y diseñados para soportar las pruebas más duras.

El camión 4x4 Pegaso 3046/10 fue uno de los más legendarios de la marca, un desafío técnico, junto al “Tecno” y el “Troner”, un vehículo, inicialmente destinado al mercado exterior, y posteriormente preparado para participar en las pruebas de competición más duras, como el Rallye París–Dakar o para servir de apoyo al ejército y servicios de bomberos de nuestro país.

En definitiva, la muestra recoge una breve semblanza de modelos pioneros en el ámbito del todoterreno y la tracción completa a las cuatro ruedas, que pusieron las bases de un tipo de vehículos que en la actualidad gozan de gran atracción y popularidad entre numerosos y variados usuarios, trascendiendo de los caminos y terrenos difíciles, y de su natural vocación campestre, a ser cotidianos compañeros de viaje en nuestras carreteras.

 

RELACIÓN DE VEHÍCULOS EXPUESTOS

·         Willys MB del año 1945 / Santiago Fuentes Lecue

·         Land Rover Minerva Grúa del año 1951 / Colección DGT

·         Mercedes Benz Tipo 404 Unimog (U82, versión corta) del año 1955 / Colección MHAS

·         Jeep Viasa PECJ3B del año 1974 / Colección Andrés Sánchez Gómez

·         Land Rover Santana 109 Especial (Servicio contra incendios) del año 1978 / Colección Ayuntamiento de Salamanca

·         Jeep Viasa Comando HD del año 1980 / Pedro San Román Escudero

·         Mercedes Benz 300 GD del año 1980 / Marta Díez Santos

·         Citroën Méhari 4x4 del año 1985 / Citrauto SL

·         Suzuki Santana Sj410 del año 1985 / Pablo Velázquez Sánchez

·         Pegaso 3046/10 (Autobomba) del año 1987 / Colección Ayuntamiento de Salamanca

·         Nissan Patrol R260 del año 1988 / Luis Miguel Mata Pérez

·         Fiat Panda 4x4 Trekking del año 1992 / Marta Díez Santos

·         Lada Niva del año 1994 / David Ávila Sousa (Talleres Davisou)

 

Apuntes sobre la historia, evolución y popularización del todoterreno en nuestro país

Alemania, fue el lugar en el que surgió este nuevo tipo de automóvil, que cambiaría el concepto del transporte de personas y objetos, en terrenos de difícil orografía y condiciones adversas. Fue en 1907, cuando Daimler Motoren Gesellschaft recibió el encargo de concebir un automóvil capaz de resistir las arduas condiciones del terreno de la ciudad de Swakopmund, en África, importante colonia alemana a principios del siglo XX; el resultado sería el conocido como Dernburg Wagen, un vehículo de grandes dimensiones (3,6 toneladas y 2,7 metros de alto), una verdadera fortaleza en movimiento, que recibió el nombre del secretario de Estado para la Oficina Colonial de Alemania en aquella época. A partir de este momento, nacieron otros grandes proyectos que intentarían perfeccionar este tipo de vehículo por distintas marcas en el mundo (Chevrolet, Citroën, Mitsubishi, etc.).

Sin embargo no fue hasta los años 40 cuando el Ejército de los EE.UU. desarrolló un vehículo capaz de sortear los terrenos más espinosos, circular en condiciones adversas y transportar personas y equipamientos militares a gran velocidad con un bajo peso; características que, después de la II Guerra Mundial, lograron popularizar definitivamente los “4x4”. De tal forma, que el todo terreno por excelencia pasaría a ser siempre el Jeep Willys MB fabricado en la ciudad estadounidense de Toledo (Ohio); el primer vehículo todo terreno que serviría de inspiración para el futuro de este medio de transporte y que, debido a su rotundo éxito, fue distribuido por todo el mundo. Tal fue así, que hace 70 años, en 1948, un pequeño Jeep Willys con un motor Rover, sirvió de base para la creación de otro punto de inflexión dentro de los “4x4”, el Land Rover, importante vehículo de gran éxito en España y toda Europa, con gran versatilidad y concepción utilitaria (bomberos, ambulancias, grúas, etc.) que se convirtió, también, en la herramienta fundamental para el desarrollo rural de la posguerra en el viejo continente.

Si bien es cierto, que algunas unidades del Willys y Land Rover llegaron a España en la década de los años 40 y 50, el primer “4x4” fabricado en nuestro país sería un Land Rover Serie II de 88 pulgadas (serie corta), gracias al plan de industrialización de la provincia de Jaén, en la conocida factoría de Linares perteneciente a Metalúrgicas Santa Ana. Tal fue su éxito de comercialización en el entorno rural, que durante más de tres décadas el nombre de Land Rover Santana lideró el mercado de los todoterreno en España, dando lugar a que una amplia mayoría de la sociedad utilizaba su nombre para referirse a un “4x4” independientemente de la marca del vehículo.

La otra gran marca de todoterreno en España fue Vehículos Industriales y Agrícolas, S. A. (VIASA), filial de la conocida CAF (Compañía Auxiliar de Ferrocarriles) y empresa concesionaria de la licencia de Kaiser en exclusiva para España y encargada de comercializar los primeros Jeep en nuestro país, bajo el nombre de Willys-Viasa. Una producción basada en el stock de los Willys americanos, que posteriormente pasarían a ser 100% españoles y fabricados completamente en Zaragoza, bajo la denominación de Jeep-Viasa. Años más tarde, en 1974, la empresa zaragozana se une a una de las empresas más antiguas de España, Motor Ibérica S.A., dando lugar a un cambio de denominación de su marca y pasando a ser conocidos a partir de entonces como Jeep- Ebro y Jeep-Avia.

La década de los años 80 significó la incursión de otras marcas extranjeras en España y la apertura a la globalización de la industria automotriz. Por primera vez los españoles tienen acceso a un vehículo todoterreno y se comienzan a vislumbrar los primeros intentos de comercialización de otras marcas en España. Todoterrenos provenientes de distintos países (Alemania, EE.UU., Japón, etc.) e incluso algunos modelos no apreciables a simple vista como todoterreno (Mehari 4x4 y el Panda 4x4 Sisley o Trekking) podían verse de forma habitual por los caminos y carreteras de nuestro país, obteniendo una gran acogida en el ámbito rural.

Motor Ibérica, que tuvo una etapa gloriosa en décadas anteriores y que fue absorbiendo a un conglomerado de industria automotriz muy variado (Perkins, Fadisa, VIASA, AVIA, etc.), sufre en su seno la ampliación del capital de Nissan, perdiendo el control de la marca y dando lugar al nacimiento de NISSAN Motor Ibérica S.A. La marca nipona fue implantando gradualmente su tecnología en los productos, dando como resultado la introducción del Nissan Patrol en la fabricación española; el primer todo terreno de nuestro país, que introduce un nuevo concepto de confortabilidad y utilidad.

Por su parte, Land Rover Santana comienza a sufrir problemas económicos y pierde la confianza del grupo Land Rover en el año 1983, fabricando sus primeros modelos con el nombre únicamente de Santana. Al igual que su principal rival, sufrió un paulatino ascenso de participación de una compañía nipona, Suzuki; un aporte tecnológico necesario en su fabricación, para poder competir en un mercado globalizado y que dio lugar a los primeros Suzuki Santana (SJ40, Samurái, Vitara y Jimmy).

En definitiva, los años 90 simbolizan la pérdida de control y desaparición de la imagen y filosofía de dos grandes grupos españoles con una larga trayectoria productiva en aras de una supuesta mejora tecnológica. El fin de una etapa próspera de la industria automotriz española, que durante años extendió sus productos por todo el globo terráqueo y dando a conocer la calidad de los productos españoles. Una etapa donde se pusieron las bases de un tipo de vehículos que en la actualidad gozan de gran atracción y popularidad entre numerosos y variados usuarios, trascendiendo de los caminos y terrenos difíciles y de su natural vocación campestre a ser cotidianos compañeros de viaje en nuestras carreteras. La práctica totalidad de las marcas presenta, hoy en día, una gran diversidad de variantes en el mercado, que se complementan con los SUV; una moderna evolución del todo terreno, más confortable y con un uso cotidiano, objetivo buscado desde mediados del siglo XX en este tipo de vehículos.

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