El Ayuntamiento mejora el abastecimiento de agua en el barrio de Labradores con la renovación de 665 metros de tubería en cinco calles
El Ayuntamiento de Salamanca continúa con la renovación de la red de distribución de agua potable en los barrios de la ciudad para prevenir la rotura de tuberías y mejorar la calidad del servicio que se presta a los ciudadanos.
Con una inversión de 171.500,75 euros, en la actualidad se culminan las obras en cinco calles del barrio de Labradores (Primero de Mayo, Padre Astete, Juan del Encina, Santander y Don Bosco), donde se han renovado 665 metros de tuberías. En concreto, se ha procedido a la renovación de la red de distribución y de las acometidas domiciliarias, instalándose bocas de riego e hidrantes contraincendios.
Esta actuación se suma a la actuación que en este barrio se llevó a cabo durante el año 2021 con la renovación de 636 metros de tuberías en la calle María Auxiliadora entre la Avenida de Mirat y la Avenida de Portugal, además de las calles Pollo Martín, José Artero y Dimas Madariaga. A mayores, este año está prevista la renovación de 325 metros de tuberías en el Paseo de la Estación, entre los número 2 y 52 mediante la técnica de ‘bursting’ (sin zanja).
La concejala de Medio Ambiente, Miryam Rodríguez, destaca el fuerte impulso durante este mandato en la mejora de la red de agua de Salamanca, que ha permitido la renovación de casi 18 kilómetros de tuberías en 102 calles con una inversión en torno a 8 millones de euros. En la actualidad también se acomete la conexión de los depósitos de agua potable de Cañones y El Polvorín, con una longitud total de 1.945 metros, que mejorará el caudal y la presión del agua tanto para los vecinos de la urbanización La Fuente, en Tejares, como de las empresas que se instalen en la nueva zona industrial de Peña Alta.
Miryam Rodríguez también resalta que la renovación de la red de abastecimiento de agua desde la puesta en marcha del sistema de Gestión Activa de Presiones (GAP) en 2017 ha propiciado un ahorro neto de 7.558.376 metros cúbicos de agua en cuatro años de funcionamiento, lo que equivale al suministro de una población de unos 20.000 habitantes durante cinco años. Las mejoras no sólo han permitido sustituir las tuberías actuales y ahorrar agua, mejorando el servicio para los vecinos, sino que además evitan las molestias como consecuencia de las roturas en la red.
Gracias a este sistema inteligente, que regula la presión en la red cuando hay menor demanda de agua y optimiza esta presión según demanda, aumenta en dieciséis años la vida útil de las tuberías. El GAP se controla desde la potabilizadora, hasta cuyo centro de mando y visualización, desde donde profesionales de Aqualia coordinan este sistema inteligente, llegan a diario más de 10.000 datos que permiten tener monitorizada la red de forma permanente para mejorar la calidad del servicio evitando averías, minimizar las perdidas y los sectores afectados en el caso de producirse las mismas.