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La Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Salamanca han presentado hoy un gran proyecto energético que suministrará calefacción y agua caliente a más de 8.900 viviendas y 75 edificios terciarios de la ciudad a través de una red alimentada con biomasa. El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones y el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, han ofrecido hoy los detalles de la red de calor sostenible en una rueda de prensa celebrada en el Salón de Recepciones del Consistorio.

La red de calor sostenible de Salamanca cuenta con una inversión de 35 millones de euros financiados por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del territorio, a través de la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente (SOMACYL). Las obras comenzarán en el segundo semestre de 2026 y el proyecto llegará en una primera fase al Hospital Universitario, Campus Miguel de Unamuno y sus áreas de influencia (Huerta Otea, La Platina, Hospital y San Bernardo) y en una segunda, a los barrios de Pizarrales, Blanco, Carmen, Capuchinos, Vidal y Oeste.

“Hoy damos un paso más, muy importante, en el desarrollo de una Salamanca más verde, sostenible y saludable, con la presentación del proyecto de instalación de una gran red de calor, que complementará otros proyectos conocidos, como la integración del río Tormes en la ciudad (700 huertos urbanos, sendas peatonales y ciclistas, pasarelas sobre el río y sobre el ferrocarril, infraestructuras de desarrollo empresarial y económico), el reverdecimiento del centro de la ciudad, la renovación de las plazas y parques públicos, o la plantación anunciada de más de 32.000 árboles”, ha señalado el alcalde de Salamanca.

La central de generación de energía térmica de 48 MW de potencia, se ubicará en la avenida Mariano Rodríguez Sánchez, y contará con calderas de biomasa con tecnología de parrilla móvil y control continuo de la combustión, complementadas con avanzados sistemas de filtrado de emisiones: un multiciclón en la primera etapa y electrofiltros en la segunda.

El sistema de distribución se desplegará mediante una red urbana de 50 kilómetros de canalizaciones, subdividida en tres sectores. Esta infraestructura permitirá llevar la energía térmica a viviendas y edificios del sector terciario, ofreciendo una alternativa sostenible y eficiente a los sistemas tradicionales.

Todos los usuarios de la red conseguirán ahorros en su factura energética y evitarán la inversión en equipos propios, así como una estabilidad de precios a medio y largo plazo. Además, el proyecto logrará una reducción de emisión de gases de efecto invernadero de 39.000 toneladas CO2/año, incrementará la independencia energética de la región y creará 70 puestos de trabajo en su fase de construcción, 20 puestos de trabajo para su operación y mantenimiento y 120 puestos de trabajo en el mundo rural para la obtención y logística de la biomasa forestal.

Carbayo ha refrendado que la red de calor “tendrá efectos muy beneficiosos para la ciudad, como el ahorro de costes energéticos para los particulares y las instituciones, la disminución de la contaminación y el incremento del empleo o la consolidación de la imagen de Salamanca como ciudad verde y sostenible, que también ayuda para el acceso a fondos europeos y otras ayudas y subvenciones”. Concretamente se estima un ahorro de 350 euros de media al año por vivienda.

El primer edil ha apuntado que se trata de “un gran proyecto de ciudad” que hace a Salamanca más autosuficiente en materia energética y que viene avalado por el “éxito de las redes de calor que ya están en funcionamiento en Castilla y León y que igualmente han sido impulsadas por SOMACYL”.

Objetivos y ventajas de las redes de calor

Las redes de calor tienen como objetivo prestar un servicio urbano de suministro centralizado de energía térmica para edificios públicos y privados, sustituyendo el uso de energías fósiles por una energía renovable, sostenible y autóctona que contribuye a generar empleo en entornos rurales, disminuye la dependencia energética de la región y contribuye a la prevención de incendios forestales en nuestra comunidad autónoma. Contribuye a los objetivos de descarbonización europeos con una reducción de las emisiones de CO2 y por tanto la huella de carbono de la ciudad, en este caso de Salamanca. Además conlleva la digitalización y telegestión de la demanda de energía térmica de los edificios que se conecten.

Las ventajas para los usuarios son diversas y notables. Ausencia de equipos propios de producción de calor, estabilidad en la factura de la energía con ahorros incluidos los costes de mantenimiento y renovación de calderas, mejora de la calificación energética de los edificios y por tanto revalorización de los mismos, mayor disponibilidad de espacio útil en el edificio, flexibilidad y adaptabilidad para disponer de mayor potencia, actualización tecnológico permanente, y garantía y seguridad en el suministro.

Para la ciudad de Salamanca supone la desaparición de cientos de chimeneas, mejorando la calidad del aire y fomentando el carácter sostenible de la misma.

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