La Sala de exposiciones del Palacio de Garcigrande acoge desde hoy, hasta el 3 de abril, la exposición “Pasión Ciudad. Memorar” del salmantino Rafael Cid; una muestra divida en dos partes que el artista ha denominado Acera y Cirios. La primera parte, Acera, trata sobre el patrimonio de la ciudad de Salamanca, tanto el artístico como el monumental. La otra parte, Cirios, está formada por diecisiete metacrilatos, estampas procesionales.

Con estos dos términos, Cirios y Acera, Rafael Cid nos presenta dos series de dibujos que tienen en la Salamanca del hoy y del ayer su punto de conexión. El artista presenta en esta exposición su ciudad, la que él entiende en cada momento y circunstancia, la que imagina que fue, la que quiso que fuera y nunca podrá ser, la que aspira que llegue a ser.

La serie englobada bajo el epígrafe de los Cirios es el resultado del encargo recibido para ilustrar un libro sobre las procesiones de Semana Santa de Salamanca. Él debía llenar el espacio que la fotografía no podía cubrir y decidió ubicar las procesiones en distintos lugares de la ciudad, imaginando cómo sería entonces el marco urbano por el que discurrían. La procesión se convierte en el pretexto para mostrar cómo era esa Salamanca, con sus calles y edificios, que transcurrió entre los siglos que van del XVI al XIX.

La otra serie, que se expone con el título de Acera, es exclusivamente urbana, más actual y cercana a todos nosotros. En ella nos encontramos con diversos lugares de la ciudad, fáciles de reconocer por los salmantinos.

En todos los dibujos, fiel a su concepción del arte, el artista trabaja sin referencias visuales. Siempre en el estudio, nunca in situ. Pasea, observa y guarda en su memoria el lugar. Sin acudir siquiera al boceto o la fotografía, Cid Tapia dibuja según recuerda o imagina. La ciudad que él representa no es la real o la que nosotros recordamos, sino aquella que él imagina.